domingo, 25 de enero de 2009

El caso inquisitorial de Eleno de Céspedes (1587)


La ciencia médica ya ganaba batallas legales en el Renacimiento y ante un tribunal de la Sanata Inquisición española de tiempos de Felipe II: Año de 1587 y lugar, cárcel inquisitorial de Toledo. Sujeto: el cirujano hermafrodita Eleno de Céspedes, andaluz y nieto de una esclava etiope. Casado con un albañil de Jaen hasta un parto con éxito y con 16 años y, años después,tras operación de un tal doctor Tapia, casado como hombre, con María del Caño.Acusación:pacto diabólico y brujería con propósitos sensuales.La línea de la defensa, hecha por el mismo reo, hace acopio de pruebas médicas efectuadas en sus órganos sexuales y de argumentos de autoridad- todavía había que reforzar las pruebas médicas con los textos prestigiosos de los clásicos antiguos-: Eleno aduce fragmentos de La adivinación de Cicerón y, con más fundamento, el libro VII de la Historia Natural de Plinio el Viejo y, nunca está demás, dado la naturaleza del tribunal, el sacar a relucir a todo un padre de la Iglesia :La ciudad de Dios de San Agustín. Así, Eleno, pudo demostrar que el hermafrodistismo es algo natural y lejano de las malas artes luciferinas. Fue absuelto pero condenado por otro delito a prestar su trabajo en hospitales toledanos: Bigamia al no demostrase la muerte del primer marido; aquel albañil jienense que había escapado cuando Eleno parió un precioso niño que debió dar en adopción a un panadero sevillano.
Desde entonces la ciencia médica ha ganado muchas batallas a la religión institucionalizada y a la superstición. Estamos en sus manos y ahora es la medicina alternativa y los defensores de una muerte digna los que se le enfrentan.Mas aún persiste en varias iglesias el espíritu de cruzada, batiéndose en retirada.

Emilio Ruiz Barrachina, Brujos, reyes e inquisidiores, Barcelona,2008

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