viernes, 6 de febrero de 2009

Una idea libertina del 1603


Sabiduría inmamente, no sin Dios,que descarta al teólogo y al sacerdote, reemplazado por el sabio. No es asombroso que De la sabiduría no gustara ni a la Iglesia ni a la Sorbona.Se pide a Charron que suavice y lime ciertas asperezas del texto, esos que a la casta cristícola les parece demasiado fuerter.La muerte le llegó cuando llevaba las correcciones, en la calle parisina de San Juan de Beauvais, el domingo 16 de noviembre de 1603 hacia la una de la tarde.Se desplomó abatido por una apoplejía. El funeral se celebró en Saint Hilaire, la misma iglesia en la que recibió el bautismo sesenta y dos años antes. Su libro se hace célebre. Hay ideas de pura cepa libertina: se puede ser impío, incrédulo, ateo incluso, y al mismo tiempo virtuoso (II,3 y II,5).Se suele presentar esta idea como de Pierre Bayle, autor de famoso Diccionario histórico y crítico (1696), pero aparece en Charron (1603).
La concepción de sabio del francés recuerda la averroista: Guardar leyes y costumbres hacia el exterior pero salvaguardar la integridad espiritual del sabio. Charron es teólogo y eclesiástico competente y sabio libertino a la vez, gozador de esa libertad intelectual que hace digno al filósofo, al sabio, pues el sabio se atreve a con audacia a ser fiel a sí mismo. Pierre Charron, discípulo de Montaigne, inagura el Grand Siècle de los libertinos barrocos, escéptico, hedonista, materialista y epicúreo. A partir de entonces , el cristianismo comienza a diluirse suave pero irremediablemente.

Michel Onfray, Los libertinos barrocos. Contrahistoria de la filosofía,III, Barcelona,2009 ( del capítulo dedicado a P.Charron).

No hay comentarios:

Publicar un comentario