martes, 24 de febrero de 2009

Imitation of life (1959)


















Imitation of Life
USA - 1959 - 125 min.
Director: Douglas Sirk
Intérpretes: Lana Turner, John Gavin, Sandra Dee, Dan O'Herlihy, Susan Kohner

Sinopsis:
Decían y dicen los detractores de Douglas Sirk, que los tuvo y los tendrá, que el problema de los personajes de sus películas era su intensidad, que pasaban demasiado tiempo pensando y demasiado poco viviendo. Tuvieran o no razón, estuvieran o no en un error, es de agradecer que entre tanto cine banal hubiera allá por los 50 un director que, como Sirk, diera voz plena a sus personajes sin ningún tipo de merma o cortapisa.Haciendo , además espléndido cine made in Fábrica de Sueños holiwudiense.
“Imitación a la vida” es una nueva versión de la película que con el mismo título dirigiera en 1934 otro grande, como Sirk, del melodrama, el neoyorkino John M. Stahl. La historia de este remake de Douglas Sirk es en esencia la misma de su referente, si bien se practicaron algunos cambios en la anatomía y estructura de algunos de sus personajes.
Canto a la desesperanza y crónica amarga de seres abocados a la insatisfacción, “Imitación a la vida” cuenta la historia de una actriz en horas bajas y su hija, que tras acoger a una mujer negra en su casa junto con su hija para que trabaje en el servicio doméstico, escala a lo más alto de la fama para comprobar que ha sido su ambición la que le ha hecho olvidar su responsabilidad como madre al dejar el cuidado de su hija al libre albur del azar.
Como en tantas y tantas películas de Sirk, las mujeres aparecen aquí con una entidad desacostumbrada en buena parte del cine del Hollywood clásico. Son personajes fuertes, que piensan por sí mismas, que llevan el error y la virtud hasta las últimas consecuencias.Prefiguración almodovariana, sin duda.
Pasión, corazón y sufrimiento definen a la protagonista de “Imitación a la vida”, una Lana Turner que creyó desde el principio en este proyecto, hasta el punto de haber trabajado en esta película a cambio no de un salario sino de una participación del 50 % en los resultados de la taquilla. Ganó con la operación algo así como dos millones de dólares de la época, una cifra desorbitada, e inauguró sin saberlo, justo en el momento en que el “star system” era ya historia, una nueva forma de relación entre los actores y la industria del cine.
El Hollywood clásico era ya agonía en 1959, fecha de producción de “Imitación a la vida”, y fue entonces cuando Douglas Sirk decidió abandonar California para regresar a su Alemania natal, donde sólo excepcionalmente volvió a ponerse detrás de una cámara.

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