viernes, 12 de diciembre de 2008

residencia de esclavos

El nuevo presidente habitará una mansión de estilo neoclásico anglosajón . La Casa blanca fue construida por esclavos. El Capitolio, de un estilo grandilocuentemente neoclásico, también. Obama no podrá dejar de evocar aquel momento fundador de la gran república norteamericana. Él no desciende de esclavos y tiene muy presente lo fácil que sería suscitar entre muchos de sus conciudadanos la acusación de resentido y rencoroso: no habla explícitamente de racismo y xenofobia pero sabe que en 1961, cuando nació, todavía estan en vigencia leyes racistas en varios estados de EE.UU. Los que si hablaron alto de racismo fueron asesinados (Martin Luther King y Malcolm X). Su camino es el que trazan los medios de comunicación : el sueño americano redivivo, pero cerrará el penal de Guantánamo. Es mediático y global. Por primera vez un presidente electo de la gran potencia, es popular en medio mundo; los intelectuales del día lo elogian (Zinn, Tariq Ali...), la historia viva lo saluda alborozado ( Mandela)... Castro, que sobrevive a diez presidentes , en cambio, sigue ejerciendo de agorero : " Sería sumamente ingenuo creer que las buenas intenciones de una persona inteligente podrán cambiar lo que siglos de intereses y egoísmo han creado. La historia demuestra otra cosa".
El panorama es tétrico: colapso del capitalismo finaciero promovido por la neoliberal administración saliente. Los cambios necesarios serán acompañados por nueva banda sonora: decepción, frustración y cólera. Toca a su fin la hegemonía norteamericana en el mundo; como ocurrió con la Monarquía Hispánica de la Guerra de los treinta años, la supremacía militar de uno no vence políticamente en un escenario multipolar. Hay nuevas estrellas en el firmamento : China o India, por ejemplo. De nuevo una potencia entra en su etapa de decadencia. sera el tiempo de Barak H. Obama, el nieto de colonizado africano.

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